Muchas veces pensamos que la imaginación es algo abstracto, pero la imaginación es una capacidad muy concreta. Imaginar viene de imagen, imaginar es crear imágenes con la mente.

Antes de seguir escribiendo, quiero proponeros un juego, yo voy a decir una palabra y vosotros vais a decirme en los comentarios qué es lo primero que os ha venido a la cabeza. ¿Preparados?

 

BLANCANIEVES

 

¿Decidme, os habéis imaginado a la Blancanieves de la película de Disney o a la que os imaginábais cuando os contaban el cuento? 

¿Por qué ocurre esto?

Las imagenes que recibimos de fuera son mucho más poderosas que las que creamos nosotros. ¿Cuántas veces habéis visto una película después de leer un libro y ya no habéis podido volver a leerlo sin imaginar a los actores? Este es uno de los principios más importantes en la pedagogía Waldorf, salvaguardar la capacidad de imaginación del niño. Si ponemos a un grupo de veinte niños la película de Blancanieves todos imaginaran lo mismo, existirá sólo esa Blancanieves que pintaron en los estudios de Walt Disney. Sin embargo, si a un grupo de veinte niños que nunca han visto la película, les contamos el cuento; habrá veinte Blancanieves, una para cada niño. Que evolucionarán y cambiarán cada vez que escuchen el cuento.

Lo mismo ocurre con los cuentos ilustrados, aunque en mucha menor medida. Es la mente del niño las que les da voz y movimiento. Aunque, desde luego, ya tienen una imagen fija de la que partir.

Cuando alguien controla la imaginación de otro tiene mucho poder, porque puede contactar con una parte muy íntima de esa persona. De hecho es algo a lo que estamos completamente expuestos, por eso funciona la publicidad. Porque conecta con nuestro imaginario colectivo. Saben qué es lo que vemos en nuestra mente cuando nos transmiten su mensaje.

La imaginación Pinterest

¿Cómo podemos favorecer la imaginación?

Por supuesto contando cuentos, pero no cualquier cuento ni de cualquier manera. En próximas entradas profundizaré más sobre como elegir un cuento para cada edad, y en como contarlo para favorecer la imaginación. Pero de momento nos quedamos con algunas claves.

  1. Elige cuentos que representen cosas que el niño ha experimentado. No elijas un cuento que hable del mar si tu hijo no lo conoce.
  2. Cuenta el mismo cuento muchas veces. Al menos durante una semana entera. No pienses que se van a aburrir. Los niños necesitan repetición. ¿Cuántas veces habéis oído la frase «¡otra vez!» al terminar una actividad?
  3. Selecciona cuentos que sean ricos en vocabulario, no hace falta que conozca todas las palabras, poco a poco por el contexto (y gracias a la repetición) irá descubriendo su significado e incorporándolas a su vocabulario activo.
  4. Contad los cuentos sin exagerar las voces. Todo lo que añadamos a la narración va a sacar al niño de su imagen mental. Además, a no ser que seas actor o actriz de doblaje, es probable que parezca más una parodia que una actuación.
  5. Memorizad el cuento e imaginadlo mientras lo contáis. Como siempre digo, los niños imitan el gesto también, si nosotros imaginamos nuestra narración y vamos creando esa realidad en nuestra mente es mucho más sencillo que el niño entre en ese mundo de fantasía. Además nuestra manera de hablar cambiará mucho.