Cada vez es más común que las comidas y las cenas se conviertan en un mero acto de supervivencia e ingesta de alimentos. Es verdad que cada vez hay más gente concienciada de la importancia de llevar una dieta rica y variada. Pero también es cierto que no se suele prestar mucha atención al «cómo» comemos.
Es frecuente ver a niños (y a adultos) comer de manera habitual mientras ven la tele, o hacen otras cosas. Lo que demuestra que, aunque nos preocupemos por nutrir nuestro físico, no nos preocupamos del resto de facetas del ser humano.
Hoy no quiero centrarme en las ventajas de ingerir alimentos ricos en nutrientes, sino en lo importante que es nutrir el resto de las partes del ser humano.
Las comidas, un punto de encuentro.
Como profesora de inglés extraescolar he tenido la oportunidad de tratar con muchas familias a lo largo de estos años. Y he podido observar como, para la mayoría de las familias, la hora de comer o de cenar era más una preocupación que un disfrute.
El momento de la comida (o la cena) debería estar reservado para el agradecimiento. Agradecimiento por los bienes que tenemos y que compartirmos. Y por supuesto, agradecimiento por las personas con las que los compartimos.
Sé que para muchas familias comer juntos entre semana es imposible, pero coordinarse para las cenas suele ser más fácil. Si tenéis un bebé incluidle también en la mesa. Si seguís el método Baby Led Weaning (aquí os dejo una entrada del blog Una Maternidad diferente, por si no sabéis lo que es) os será todavía más sencillo. Puede ser que ese método no vaya con vosotros, pero no desaprovechéis la oportunidad de juntar a toda la familia alrededor de la mesa (ya lo dice IKEA).
5 Trucos que os harán la vida más fácil
Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Así que, aquí os dejo una infografía para que podáis verlo todo de un vistazo.
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